viernes, 6 de enero de 2017

Alunizaje

 Ya era necesario un sitio donde archivar y reflejar todas mis lecturas, que son, al fin y al cabo, parte de mí y de mi vida. Esto no es un blog sino un compuesto de retales de mi día a día y de mi manera de pensar. Si somos lo que pensamos, en gran parte es por lo que leemos... 
  Siempre es bonito volver a un libro y ver qué emociones te suscitó y cuáles suscita su relectura. Evolución, cambio, pero siempre; recuerdos.

 No hay mejor modo de estreno que barriendo para casa.

 

  Ayer estaba con papá y me dijo "Voy a escribir poesías", y como el que tira de un hilo y deshace una madeja, él solo necesitaba tirar de una palabra un poquito, suavemente, para formar una nueva poesía. Escribió al silencio, a Gregorio Samsa, al amor, al Sol, a ella.
  Luego, me estuvo contando sus andanzas como domador de párrafos y estrofas: el cuento al calcetín tercermundista, aquel relato del inmigrante, la poesía del día de su muerte ("¡qué señor tan recto, debe ser un Homo erecto!"), o la que nos dedicó de pequeñas. Era poeta antes que yo persona, sin duda, las letras son como las flores de primavera, yacen subterráneas en el pensamiento hasta que el Sol de la inspiración las fecunda y riega con su luz.



  Con esto, empieza la historia interminable de mi lista de libros.

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